Idealmente, las cremas reductoras se deberían aplicar tanto antes como después del ejercicio para potenciar su efecto durante el entrenamiento y luego de terminar de hacer ejercicio.
Aplicar la crema reductora antes del ejercicio puede ayudar a activar la circulación y preparar los tejidos para el esfuerzo físico. Además, puede generar una sensación de calor en la zona de aplicación, lo que puede mejorar la movilidad y flexibilidad de los músculos durante el ejercicio.
Por otro lado, aplicar la crema reductora después del ejercicio puede ayudar a relajar los músculos y a reducir la inflamación causada por el esfuerzo físico. Además, puede mejorar la recuperación muscular y aliviar la sensación de fatiga.
En conclusión, la aplicación de la crema reductora es ideal aplicarla antes y después del ejercicio para potenciar mejor todos los beneficios de las cremas reductoras.