Producto de la composición misma de la miel, la cual cuenta principalmente con azucares naturales como la fructosa y la glucosa, además de humectantes como la maltosa, es que los beneficios para la piel son múltiples, puesto que tales componentes actúan directamente en la epidermis e inclusive en la dermis, producto de la proporción de sus beneficios en post del tratamiento de alteraciones en la piel, como llagas, quemaduras, forúnculos, sequedad, heridas, arrugas y picaduras.
Desde sus componentes nutricionales como carbohidratos y enzimas, trae beneficios cosméticos para contrarrestar las molestias cutáneas que traen consigo alteraciones de compleja recuperación como las llagas y quemaduras, contribuyendo en la recuperación de la epidermis, con la agilización de la cicatrización y el deshinchado.
Al hacer el uso de la miel para cremas, lociones, mascarillas, shampoo con miel, se contribuye al suavizado de la piel, cabello y a la nutrición de la dermis, contrarrestando la aparición de arrugas. Dentro de otros afines cosméticos, ayuda a aclarar la piel, a revitalizar la dermis y es un excelente exfoliante.
Cuenta con propiedades antioxidantes y antisépticas, que propician la limpieza facial y corporal, lo que aporta en el equilibrio de la producción de la grasa cutánea.